Reforma de Salud en Colombia: ¿Progreso o Retroceso en la Atención Médica?

La salud en Colombia se encuentra en un punto crítico. La falta de medicamentos y las dificultades financieras han desencadenado un debate intenso sobre una propuesta de reforma que sugiere cambios drásticos en el sistema de salud actual. Este diálogo trasciende los aspectos técnicos y financieros, y tiene implicaciones profundas para el acceso y la calidad de la atención médica que reciben millones de ciudadanos.

El sistema de salud colombiano se encuentra en una situación alarmante. La falta de medicamentos está dejando a las personas con enfermedades graves sin atención, y el flujo de fondos para estos tratamientos se ha interrumpido. Las Entidades Promotoras de Salud (EPS), que están vinculadas a los gestores farmacéuticos, enfrentan retrasos en los pagos y acumulan deudas significativas, lo que agrava la crisis.

Es lamentable que la salud y el bienestar de los ciudadanos se vean amenazados por motivos ideológicos y políticos. A pesar de que el sistema de salud actual funcionaba adecuadamente, aunque con aspectos a mejorar, el gobierno de Gustavo Petro propone una reforma que podría llevar al colapso del sistema sanitario. Esta reforma busca estatizar la salud y eliminar las EPS, lo que limitaría nuestra libertad de elección y podría desencadenar una crisis financiera similar a la que sufrió el Seguro Social en los años 90.

Es importante destacar que esta reforma contiene algunos artículos que carecen de claridad en cuanto a su financiación. Esto podría resultar en una desfinanciación crítica del sistema. La falta de límites y controles efectivos podría poner en peligro la atención médica, agravando las desigualdades existentes y comprometiendo la salud pública. A pesar de las promesas, este modelo técnico podría resultar peor que el actual, provocando una crisis grave en la atención sanitaria.

El proyecto 339 de 2023, que busca reformar el sistema de salud actual, ha generado un intenso debate con una amplia participación. A pesar de los argumentos en contra durante las deliberaciones en la Cámara de Representantes, se espera su pronta aprobación, incluyendo aspectos que representan un desafío para el país. El texto pasará al Senado y enfrentará nuevas discusiones en lo que queda de noviembre. Aunque presenta aspectos positivos en términos de equidad y tecnología, también genera incertidumbre sobre la atención a los pacientes, la provisión de medicamentos y la financiación necesaria para su implementación.

El gobierno tiene la responsabilidad de implementar reformas que fortalezcan el sistema de salud sin comprometer la calidad ni la accesibilidad de la atención médica. La salud no puede ser utilizada como moneda de cambio política; se necesitan soluciones consensuadas y viables que tengan en cuenta el bienestar de los colombianos. Esperamos que en los próximos debates en el Congreso se tomen las mejores decisiones, teniendo en cuenta que a medida que la ciudadanía comprende más la reforma y sus riesgos, menos personas la respaldan. La voz del pueblo no puede ser ignorada.